Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para alianzas estratégicas en torno al desarrollo


El balance de los esfuerzos realizados en los últimos quince años en torno a una agenda global para el desarrollo, contenida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), deja un sabor agridulce. Se reportaron avances significativos a nivel global en algunos de los objetivos propuestos, mostrando que sí es posible implementar acuerdos globales en instancias nacionales y locales y resaltando la importancia de formular políticas públicas basadas en indicadores, como puntos de referencia que permitan medir los avances obtenidos en el logro de las metas propuestas. Sin embargo, pese a que hubo progresos, estos no fueron homogéneos y persistieron diferencias importantes en los niveles de bienestar entre regiones y entre grupos poblacionales. Además, los ODM estuvieron destinados exclusivamente a los países en desarrollo, en particular a aquellos más pobres, limitando el papel de los países desarrollados al rol tradicional de donantes.
Es en este contexto que se formulan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como la agenda de desarrollo post 2015, con horizonte de cumplimiento en 2030. Este conjunto de objetivos recoge las metas incumplidas de los ODM y amplía el alcance de la hoja de ruta al extender el paradigma del desarrollo, pasando de uno enfocado en el ser humano, hacia uno que contempla el desarrollo sustentable, que busca armonizar tres elementos básicos, interrelacionados entre sí, fundamentales para el bienestar de las personas y las sociedades: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. De esta manera, los ODS comprenden un mayor número de objetivos y metas (17 y 169, respectivamente) que abarcan el universo económico, social y ambiental y, además, pretenden vincular de manera efectiva tanto a países en desarrollo, como a países desarrollados, incentivando la participación de éstos últimos más allá de la provisión de recursos, comprometiéndolos con la tarea de ponerle fin a la pobreza y reconociendo la responsabilidad común que tienen sobre el uso de recursos naturales y la mitigación del cambio climático.
Asimismo, otro de los avances importantes asociados a la formulación de los ODS es el reconocimiento de que la concreción del desarrollo no depende exclusivamente de los gobiernos, quienes son incapaces de garantizarlo por su propia cuenta, dada la dimensión y diversidad de fenómenos que implica, en un escenario en el que los actores no gubernamentales han venido adquiriendo mayor protagonismo en las esferas económicas, sociales y políticas. De ahí que la concertación de esfuerzos con otros actores como la sociedad civil y el sector privado se haga necesaria para la creación y ejecución de la agenda de desarrollo. Muestra de ello es que, desde la formulación de los ODS, se hayan impulsado procesos consultivos en diferentes instancias.
Y es que,  la complejidad y magnitud de los desafíos que enfrenta la sociedad actual en términos económicos, sociales y ambientales demanda esfuerzos intersectoriales que se traduzcan en sinergias entre los sectores público y privado y la sociedad civil organizada, esto es en Alianzas Público Privadas para el Desarrollo (APPD), como esfuerzos colaborativos, dirigidos a abordar de manera integral la planeación y ejecución de políticas y programas articulados de forma coherente. El ejercicio eficiente de las APPD contribuye al apalancamiento de recursos; establece buenas prácticas para la transparencia y la gestión efectiva; hace uso de las competencias estratégicas complementarias de cada instancia, facilitando con ello procesos innovadores; evita la generación de duplicidades en iniciativas y esfuerzos; mejora la gobernanza de los procesos de desarrollo y genera valor mediante la optimización de esfuerzos, multiplicando el impacto positivo de las agendas de desarrollo en el largo plazo.
En este sentido, reviste gran importancia la vinculación del sector privado y la sociedad civil organizada a la nueva agenda de desarrollo que proponen los ODS, a través de un marco integrado, que les permita a estos alinear sus planes y estrategias con los objetivos propuestos, pero desde una perspectiva complementaria a la del sector público. Así, dado que la aplicación de los ODS dependerá de la inclusión y adecuación de los objetivos a los planes de desarrollo locales, el conocimiento de las especificidades propias de cada territorio es un activo estratégico que privados y sociedad tienen para aportar a las APPD,  pues puede contribuir a aterrizar los ideales globales a los escenarios locales. Adicionalmente, dado que a partir de un marco de indicadores globales cada nación procederá a la formulación de indicadores nacionales, la observación y vigilancia en el establecimiento de líneas base, la construcción de sistemas de información  y el seguimiento del avance en el logro de los objetivos puede constituir otra de las contribuciones a la ejecución de esta hoja de ruta. También, la coordinación y establecimiento de alianzas, redes y escenarios de discusión para la documentación, investigación y análisis del escenario de aplicación de los ODS, que permita la identificación de brechas que dificulten el logro de objetivos, así como la aportación de experiencias piloto o buenas prácticas escalables y la creación de oportunidades es otro de los potenciales aportes de gran relevancia del sector privado y la sociedad civil.
En definitiva, el establecimiento de una nueva hoja de ruta para el desarrollo global implica retos a todos los niveles e instancias, pero sin duda la articulación de esfuerzos de parte de los sectores público, privado y social en torno a metas comunes es tanto un objetivo, como una condición necesaria para la consecución de los ODS. Como señalaba el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon: “Nuestro tiempo exige una nueva definición de liderazgo, de liderazgo mundial. Exige una nueva constelación en la cooperación internacional: gobiernos, sociedad civil y sector privado trabajando juntos en pro de un bien colectivo mundial”.
Fuente:http:www.medellincomovamos.org

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